martes, 20 de junio de 2023

Prólogo

 Este es el tipo de libro que todos deberían escribir para honrar su voz. Una mirada al pasado da sentido a todo y motiva a dar las gracias a cada persona, sin excepción, porque todos tenemos un judas que nos traiciona, pero le da un sentido profundo a nuestra existencia.

Lo dije en diferentes círculos de conversación: “Nadie es consciente acerca de qué palabras pronuncia por las cuales será recordado siempre”. Así llegué a la conclusión de que: “Nadie debería guardar silencio ni ahorrar palabras porque no sabe cuáles transformarán o iluminarán el día de alguien, despertándole de algún inconveniente letargo”.

El poder de las palabras es innegable y no tienen que ser escuchadas de un maestro espiritual o de un renombrado orador para que estas surtan efecto. En verdad nadie es por completo consciente de aquellas palabras específicas y muy personales quizá, capaces de despertar, motivar, transformar y mostrar un conveniente rumbo a alguien.

Quizá he dejado de hacer cosas al no escuchar las palabras que quería, en parte porque desde niño asimilé que nada de lo que hiciera era importante para alguien más, hasta que entendí que lo que yo hacía al menos era suficiente para mí. Hoy por hoy ya no tengo nada qué probar ni nada para defender porque mi tarea es ser quien yo soy y expresar mi verdad sin importar la crítica de quienes no se atreven a mejorarse a sí mismos ni a ser un buen ejemplo para alguien.

No soy perfecto y hay muchas cosas por aprender, pero mi experiencia como tal puede inspirar a otros y soy consciente de esa responsabilidad. Para la transformación no hay atajos y cada evento que ocurre en mi vida es el combustible para los siguientes pasos por dar en el camino.

Estoy feliz de estar vivo, a pesar de que estoy a disgusto con las situaciones deprimentes que afronta este mundo, gracias a que siempre me inclino a ver el lado bueno de todo cuanto acontece conmigo y gracias también a que no he perdido la fe en esta humanidad.

Incluso volvería a nacer por estos lares del universo en una próxima vida porque es obvio que falta mucho trabajo por hacer por aquí, pero entiendo perfectamente a quienes están tan hastiados que no volverían a poner un pie en este planeta porque lo que se aprecia es muy desmoralizador.

Mi fe en la humanidad quedó manifiesta en mi voluntad de ayudar a mi madre a publicar su obra pedagógica pensada para impartir educación sexual desde el hogar y la escuela, al amparo de la Fundación Semillas para un Mundo Mejor, fe que también quedó manifiesta en mi labor como escritor en función de esa misma obra, todo con el fin de reforzar lo urgente, necesario e importante de impartir educación sexual en todo el mundo en forma ineludible, permanente, secuencial y oportuna.

Con mis parientes mantengo una relación distante porque crecí al margen de su presencia, incluso de mis hermanos, por cuenta de la dinámica de mi infancia y adolescencia, pero sentí el llamado a explicarles las razones de mi lejanía, no solo geográfica, y les escribí y compartí mi octavo libro “Honrando mis raíces” para que supieran las razones de mi práctica del no apego y descubrieran que no hay reclamos ni agravios ni rencores sino gratitud y, en el menor de los casos, conocimiento y comprensión de sus propias heridas.

Me siento sumamente a gusto con mi actividad económica en torno al ecosistema electrónico de Colombia porque al mirar en retrospectiva es obvio que tengo el perfil idóneo para desarrollarla como el Exfuncionario DIAN que soy, por la experiencia administrativa y financiera que adquirí al lado de contadores, aunque haya sido en otro país, y especialmente gracias a mi rol como usuario en el inicio de la facturación electrónica en Chile, mi segunda patria.

Acerca de amigos y colegas solo tengo gratos recuerdos y amistades sólidas que han sobrevivido al paso del tiempo, a la distancia geográfica y a los distintos caminos que todos fuimos tomando, y algunas de estas amistades son muy significativas porque han sido pilares en las distintas etapas de mi vida y lo siguen siendo.

Relativo a mi actitud hacia la diversión me inclino por el senderismo y las caminatas al aire libre por mi deseo quizá inconsciente de conectar con la energía de los entornos naturales, pero también me gustan ciertas actividades citadinas como salir a bailar porque lo disfruto mucho y no me imagino bailando en medio del silencio o con los sonidos de la naturaleza. La ciudad también tiene lo suyo.

Me siento a gusto con mis convicciones en todos los aspectos de mi desarrollo personal y no me incomodan las expresiones culturales o espirituales propias de otras colectividades siempre que no me las impongan y siempre que no atenten contra la integridad moral y física de otras personas. Respecto de otros grupos, otras razas, otras religiones y otras concepciones del mundo, soy receptivo, respetuoso y comprensivo.

En síntesis, me siento a gusto conmigo mismo y con mi vida a pesar de que soy consciente de que mi situación podría ser mejor en varios ámbitos, como también podría ser mejor y más agradable el mundo, pero considero que estoy bien encaminado y sé que puedo aspirar a mayores niveles de satisfacción personal.

Aparte de unos breves relatos en “Honrando mis raíces”, nunca había considerado la posibilidad de escribir un libro profundizando en varios hechos de mi vida porque preferí explorar otros temas mucho más interesantes de tratar, pero ha sido grato hacer memoria y agradecer de nuevo por experiencias, lugares y personas que me han hecho crecer y sentir que vivir ha sido francamente lindo. Gracias a cada una de las personas que he podido mencionar acá por el bien que han aportado a mi existencia.

Índice

 Prólogo

Mis dos primeros recuerdos

Mis tiempos de grandulón

Mi primer amigo se desapareció

El sepelio de Gricelio y Alberto

El viacrucis de mi primera comunión

Incursionando con las matemáticas

Libia, en mis recuerdos siempre

El trámite de mi libreta militar

Cartagena de Indias a la vista

El suceso del caballo grande

Mi primer empleo, pero informal

La elección de mi mejor amigo

Mi historia con Cindy

Viejo, mi querido viejo

Con la ropa que tenía puesta

La última vez que vi a mi tío Ernesto

Entrevista de trabajo en Buga

Funcionario público de la DIAN

Con un arma apuntando mi cien

La irrupción automovilística de Darío

Sujeto de un amor de segunda

Un ángel en el aeropuerto

La misión del amigo Hardy

Cumpliendo 30 en Argentina

Un pasatiempo académico

Cuidado, que afuera esperan veinte

Un momento a solas con mi padre

La luz atrae a las mariposas

El capítulo de Canadá

Soledad, ¿existe?

La prueba transitoria del multinivel

Retornando a la vida laboral

Cumpliendo 40 en Chile

El poeta de las musas indescifrables

Mi madre es mi heroína

No por entretenido resultó sencillo

Presidente del comité de administración

Gran temporada de montañismo

Un arma apuntando mi cien, de nuevo

El mundo ya no está al revés

Un mandato especial de representación

Encuentros y desencuentros en Lima

Ya es mañana, ¿queremos despertar?

Año sabático en Colombia a la vista

El reencuentro con Luz Nelly

Probando a vivir en casa de mi madre

Semillas para un mundo mejor

El nacimiento de Graltimac S.A.S.

Un aire para el diseñador gráfico

Fin del sabático y directo a Chile

Jugando a padrino editorial

El retorno a casa de Luz Nelly

La Fundación, más mía que nunca

Al revés, en verdad ya no

Barreras y desafíos en educación sexual

Chispazos de inspiración

Honrando mis raíces

El renacimiento de Graltimac S.A.S.

Entrevista en la Universidad Nacional

El mundo pide a gritos educación sexual

Cumpleaños 50 en Colombia

Desnudando la educación sexual

Primeros cinco años de la Fundación

Encuentros y desencuentros en Bogotá

Dignificando la energía sexual

Encuentro con el destino

Último llamado

Momentos significativos

Honrando mi voz

Fundaciòn Kundalini

Camino de prosperidad

Epílogo

Prólogo

  Este es el tipo de libro que todos deberían escribir para honrar su voz. Una mirada al pasado da sentido a todo y motiva a dar las gracias...